domingo, 29 de noviembre de 2009

ESTATUAS Y MONUMENTOS I

Por cuanto nos es necesario contribuir con el conocimiento, la educacin y la cultura, hemos incluir en este sitio notas historicas y biograficas de los personajes que nuestras naciones han querido honrar al eregirles ESTATUAS Y MONUMENTOS.

En la ciudad de Santo Domingo, R.D., al inico del elevado de la Av. V Centenerio, en uno de los abundantes parques de diversiones innfantiles, nos encontramos con este busto de Don Americo Lugo.




AMERICO LUGO HERRERAS

Nació en Santo Domingo el 4 de abril de 1870 hijo del matrimonio de Tomás Joaquín Lugo y Celia Herreras y Veras. Se graduó de abogado siendo muy joven, inclinándose por la investigación histórica y jurídica, sobresaliendo en ambos campos. Fue Consejero de las Legaciones Dominicanas en los Estados Unidos de Norteamerica y en Europa. Pedro Henríquez Ureña lo consideraba "la primera figura de nuestra juventud literaria" y Félix E. Mejía se refería a su persona diciendo que era "el más alto, activo y docto. La primera pluma del país".

La pluma de Américo Lugo se expresó valientemente durante la ocupación militar norteamericana de 1916 a 1924 y, enviado por los patriotas dominicanos a la Cuarta Conferencia Panamericana reunida en Buenos Aires, Argentina en el 1916, al decir de Blanco Fombona "denunció ante el mundo el imperialismo norteamericano."

Por su actitud severa y valiente manifestada a través de sus artículos que denunciaban el régimen norteamericano, fue condenado a un año de prisión y al pago de mil quinientos pesos de multa. Américo Lugo asumió su propia defensa frente al tribunal militar y pronunció un apasionado y patriótico discurso donde expresaba entre otra cosas:

"Señores: No estoy listo para ser juzgado. Al escribir el artículo por el cual se me imputa un delito, he entendido que cumplía un deber de dominicano. En mi calidad de ciudadano dominicano, no puedo reconocer en la República Dominicana la existencia de otra soberanía sino la de mi patria. Toda suplantación de esta soberanía, sea cual fuere el principio invocado, no es ni será a mis ojos sino un hecho de fuerza. Por consiguiente, y puesto que creo que no he cometido ningún delito y que no puedo reconocer ninguna jurisdicción sobe mi a este tribunal, no he venido a defenderme: he comparecido solamente obligado por la fuerza."

Durante el oprobioso régimen del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina mantuvo una actitud de abierta oposición. Amenzado y vigilado se vio en la necesidad de vivir prácticamente encerrado en su hogar. Muchas veces fue invitado para que aceptara cargos públicos y rechazó cada una de esas invitaciones.

Acosado por el régimen Trujillista y marginado por muchos que una vez fueron sus amigos íntimos, casi en la miseria, murió en Santo Domingo en 1951.

FUENTE: www.27febrero.com(Historia Patria Dominicana).

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